Cómo nace mi marca
- Martina Kleinert
- 15 oct 2021
- 2 Min. de lectura
A diferencia de muchos emprendedores freelance, no empece mi camino trabajando bajo dependencia, sino que me lancé directamente a esta modalidad.
¿Fue fácil? No, pero la realidad es que en mi cabeza había sido mucho peor.
Por miedo al que dirán me costó mucho hacerme un instagram profesional. Me sentía incómoda escribiendo tips e ideas con tono de influencer teniendo dos publicaciones y diez seguidores - amistades, obviamente -.
Pero, por suerte, encontré una colega con mis mismas inquietudes.
Ambas somos devotas del mismo estilo interiorista, ambas queríamos lanzarnos como freelance y ambas buscábamos sobresalir en las redes.
Y seamos sinceros, empezar con alguien de tu confianza apacigua bastante el proceso. Más sabiendo que ninguna tenía experiencia con clientes ni remodelaciones reales. Seríamos la una para la otra, apoyándonos en este nuevo proceso de prueba y error.
¿Por qué al principio recalqué lo de "lanzarme directamente a esta modalidad"? Porque este fue nuestro - las dos como equipo - mayor impedimento.
Cuando uno comienza su vida profesional con un trabajo bajo dependencia, aprende muchísimo sobre el rubro gracias a sus compañeros y jefes de trabajo. Preparando una base para sumar confianza a la hora de largarse a trabajar independiente.
Pero si te lanzás a emprender solo, contás únicamente con los recursos aprendidos en la universidad, sintiéndote en una nebulosa.
Lamentablemente, en los años de carrera nadie te explica qué vas a vivir realmente con el cliente, qué puede suceder cuando algo no sale como planeabas y cómo manejar los malos entendidos.
Y ese tipo de pensamientos nos paralizaban. Pero no había más tiempo que perder, hace varios meses veníamos hablando de empezar y estábamos cansadas de frenarnos por los miedos. Así que nos olvidamos de todos los contras y empezamos nuestro emprendimiento.
No voy a ahondar en detalles ni tiempos porque los voy a aburrir, pero lo importante es que para sorpresa de todos, nuestro primer trabajo llegó antes de lo que esperábamos.
Gracias al marketing que habíamos hecho en las redes, y los conocidos que nos llamaban para que los ayude alguien de confianza, nuestra carrera profesional avanzó a grandes pasos - no agigantados, pero para nosotras estaba superando completamente nuestras expectativas y con eso nos bastaba -.
Éste fue un proyecto que duró poco más de dos años, y dentro del cuál concretamos veinte diseños - contando 3Ds y remodelaciones -.
Al cumplirse esa fecha, dividimos el emprendimiento - con el mismo amor con el que lo habíamos creado - para darnos paso a una nueva etapa. Ahora, como profesionales individuales.
Dando lugar así a la creación de MK.
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